Veo este fotograma que tomé en mi primer semestre de Diseño Industrial y pienso en la emoción y la curiosidad que inundaban mi ser al aprender cosas nuevas y enamorarme cada vez más de mi carrera. Esos sentimientos aún los tengo, pero en ese entonces eran completamente puros; fundados en una bella inocencia.
Me encanta porque la veo, me veo y noto lo mucho que he crecido en estos cuatro años. En ese papel fotosensible no sólo plasmé mi cabello; plasmé el inicio de mi carrera como diseñadora. Y la nostalgia que me invade al ver esa imagen trae con ella alegría y orgullo, y ganas de seguir viendo cómo seguiré creciendo y aprendiendo.